Cofradía de
Nuestro
Padre
Jesús
Nazareno,
María
Santísima
de la Redención
y Santo
Sepulcro
del Señor.
Albox
(Almería) |
El 5 de Marzo de 1944 en una reunión celebrada en la sacristía de la Iglesia de Santa María, por un numeroso grupo de hermanos bajo la presidencia del Cura párroco don Juan Gallego Mirón, se eligió formalmente la Junta Directiva, que interinamente funcionaba desde hacía varios años, quedando constituida por D. Simeón Rodríguez Fernández, Hermano Mayor; D. José López Alascio, Mayordomo Secretario; D. Antonio López Mesas, Mayordomo Tesorero; D. Domingo Sánchez Martínez, Mayordomo Vocal 1º, y D. Juan Martínez Teruel, Mayordomo Vocal 2º. La nueva Junta tomó el compromiso de “reorganizar la Cofradía y darle nuevo impulso, contribuyendo a elevar el espíritu religioso, y a cooperar en la brillantez de la Semana Santa ". D. Simeón Rodríguez Fernández comenzó a dirigir la Cofradía, relegando de esa responsabilidad a su hermana Doña María Isabel Rodríguez que, junto a Doña Ginesa Alascio, madre de don José López Alascio, fueron las primeras mujeres que dejaron huella de su trabajo en pro de su continuidad histórica. Se inscribieron los primeros 191 cofrades, de los que 59 eran señoras, fijándose una cuota anual de cuatro pesetas, para el sostenimiento del culto y de las procesiones. Antes, en 1940 y con el único trono de que se disponía, se había organizado la primera procesión del Santo Entierro, bajo la Presidencia Oficial de la Corporación Municipal de Albox, reanudando en la tarde de aquel Viernes Santo, muy en precario, la tradición abandonada durante los inmediatos años pasados. Desaparecida, en años precedentes, la primitiva imagen del Nazareno, en 1941 se adquirió en Granada la que actualmente posee la Cofradía. Sobre su autoría, según informaciones orales de los Hermanos Cofrades de aquellos años, hasta ya entrado el siglo XXI se mantuvo que era una talla de Carlos Román, un escultor afincado en Granada. Un estudio posterior –años 2010 a 2011- de Ginés Ruiz Asensio, licenciado en Bellas Artes, llevó a la conclusión de que la Imagen era de Manuel Roldán de la Plata un escultor granadino que realizó en la posguerra española otras imágenes de similares características, descartando a Román que tuvo un taller de imaginería en Valencia junto a otro escultor llamado Vicente Salvador. La Imagen representa a Nuestro Señor Jesucristo en dos momentos: En el Lavatorio de los pies de los Apóstoles si lleva la Toalla ceñida, o camino del Monte Calvario si carga con la Cruz y va coronado con espinas. Es una magnifica talla de 1,80 m de altura, que destaca por la expresión doliente de su rostro y la perfección de sus manos. Coronado de espinas sobre cabellera de pelo natural, es una típica imagen del círculo de escultores granadinos, un tanto alejados de la imaginería sevillana. Es la primera imagen Titular. El Santo Sepulcro en esta época se componía de dos partes: La Urna, donde se aloja la Imagen de Cristo Yacente, y el trono propiamente dicho. Hubo un tiempo en que el trono se vio afectado por cambios de hechura y estilo en varias ocasiones. No ocurrió con la Urna que ha permanecido inalterable a lo largo del tiempo. Este elemento labrado en madera policromada, con una longitud aproximada de 1,50 metros es originario de principios del siglo XX, siendo su autor el tallista Alfredo Fábrega "El Currillo", que fue Hermano de la Cofradía entre los años 1914 y 1917. El dorado fue obra de Ángel Ibáñez Rabasa, nacido en Murcia en 1867 y fallecido en Albox en 1940. Procesiones.- Entre 1940 y principios de los 60 hicieron estación de penitencia por las calles de Albox las Imágenes de Jesús Nazareno y el Santo Entierro de Cristo con sus penitentes vestidos con túnica y capirote color morado y capa blanca. Las procesiones se organizaban conjuntamente con las demás Cofradías tras los Oficios Litúrgicos, en las jornadas de Jueves y Viernes Santos.
El itinerario de
las Procesiones lo establecían los Hermanos Mayores con un orden que
se mantuvo durante muchos años. En la noche del Jueves Santo, abría
el cortejo el trono de San Juan seguido de Nuestra Señora del Primer
Dolor. Seguía Jesús Nazareno en la escena del Lavatorio de los pies
de los Apóstoles y cerraba la procesión la Virgen de los Dolores. En
esta noche se subía por la calle San Antonio hasta la ermita que da
nombre al Barrio, para seguir por Antonio Martínez, Plaza de los
Luceros, General Goded, calle del Carmen y así llegar a la Plaza
principal del pueblo. A la caída de la tarde, se celebraba un multitudinario Vía Crucis por calles del Pueblo y de La Loma, con la Imagen de Cristo Crucificado. Dirigían el rezo de las catorce estaciones D. Andrés Martínez Segura y D. Gines Serrano, párrocos de Santa María y de la Concepción respectivamente. Terminado el Vía Crucis, la Hermandad de Jesús organizaba la ultima procesión de la Semana Mayor del calendario cristiano. Era la procesión del Sepulcro, cuyo itinerario comprendía el Callejón de la Iglesia, Cervantes, San Felipe, Rosario, Antonio Martínez y seguía por Plaza de los Luceros, General Goded, Alberto Sánchez, Carmen, Plaza e Iglesia. Esta procesión, con la imagen de Cristo Muerto, cerraba las manifestaciones externas de la Pasión. Lo precedían San Juan, la Virgen de la Angustias y la Virgen de los Dolores. La presidencia oficial, formada por representaciones civiles y religiosas, cerraba las filas de devotos y penitentes. El Calvario.- En los primeros años del siglo XX el cerro del Castillo fue improvisado Calvario donde se representaban escenas de la Pasión con las Imágenes sagradas. Años más tarde los recorridos de la noche del Jueves Santo y de la mañana del Viernes Santo suponían también un verdadero sacrificio al llegar a las estrechas y empinadas calles del Barrio San Antonio, o subiendo la "cuesta de la Loma" atravesando la rambla camino de ese Barrio. No obstante se mantenía el orden y la compostura de tronos y maragullos. La especial dedicación de la Cofradía de Jesús Nazareno a los Cultos de Semana Santa, le suponía una serie de obligaciones como las de arreglar el Monumento al Santísimo, colaborar en la reparación del camino del Calvario, proveer la colonia del Lavatorio el día de Jueves Santo, recompensar con una limosna a los pobres que hacían de discípulos en el Lavatorio, participar en los gastos de luz eléctrica, velas, flores, organista y otros propios del Tiempo Santo: Oficios, Quinario, Vía Crucis. A la muerte de D. Simeón Rodríguez Fernández, le sucedieron en la Dirección de la Cofradía, D. José López Alascio a la sazón Mayordomo Secretario y D. José Rodríguez Jiménez, hijo de aquel, a quienes, por razón de residencia fuera de Albox, les sucedió D. Pedro Sánchez López que era Hermano de la Cofradía y miembro destacado de la misma desde 1935. El influjo del desarrollo económico y, en cierta medida, del Concilio Vaticano II, produjo un punto de inflexión en las actividades externas de la Semana Santa que se hizo patente entre los años 60 y finales de los 70. Las Cofradías entraron en decadencia aunque se mantuvo la procesión del Santo Entierro de Cristo el Viernes Santo organizada por jóvenes cofrades de la Hermandad de Jesús. El cortejo lo formaban decenas de penitentes con velas, y las representaciones del Ayuntamiento, de la Guardia Civil, y del Clero presidido por el entonces Arcipreste y Párroco de Santa María D. Federico Acosta Marín. |