Cofradía de
Nuestro
Padre
Jesús
Nazareno,
María
Santísima
de la Redención
y Santo
Sepulcro
del Señor.
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(Almería) |
En la Conferencia de 1858 se le aplicó el título de Hermandad de Jesús y con esta advocación siguió hasta Abril de 1877 en que empezó a llamársela Hermandad o Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en alusión a la Imagen Titular o Santo Patrono. A la Hermandad de Jesús se le confió la Imagen del Nazareno y la organización de los Cultos de Semana Santa. Las reglas establecían que el Hermano Mayor era el responsable absoluto de la Hermandad y como tal el custodio de la Imagen y de todas sus pertenencias; asumía la organización de cultos y de procesiones; por acuerdo con los mayordomos, nombraba a los anderos y a los portaestandartes y presidía las procesiones y las Juntas. La procesión se organizaba con toda solemnidad. Los hermanos vestidos con capa iban próximos a la Imagen y todos debían ir con la cara cubierta. Juntas Generales.- La primera Junta General de la Hermandad de Jesús se celebró el 14 de febrero de 1858. Se eligió Hermano Mayor al Sacerdote D. Juan Roque Rubio del Pino y Mayordomos a D. Ramón Montagut y D. Agustín Sanz Soto. La elección de Hermano Mayor tenía carácter vitalicio, salvo renuncia, y a los Mayordomos se les nombraba por el periodo de un año. Esta norma se modificó en 1864 limitando el mandato de Hermano Mayor a cinco años. Para atender los gastos, se fijó una cuota o limosna que aportaban los Hermanos de 10 reales cada uno. En la Junta General del 12 de Marzo de 1862 se eligieron nuevos Mayordomos, recayendo los nombramientos en D. Agustín Sanz Soto, que ya lo era y en D. José Antonio Sánchez Oller. Como Hermano Mayor permaneció D. Juan Roque Rubio del Pino. Los actos que celebraba la Cofradía desde la Cuaresma hasta pasado el Domingo de Resurrección, estaban supervisados por la Iglesia Católica, por medio del representante del Obispo de la Diócesis de Almería don Francisco Javier Jévenes y Delgado, Caballero Comendador de número de Isabel la Católica y Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Almería, quien comprobaba los cargos y el cumplimiento de las normas. La Hermandad participaba, junto a las Hermandades que aparecieron más tarde, en todos los actos litúrgicos por medio de sus cofrades, incluso atendiendo los gastos que se ocasionaban en Semana Santa tales como el alumbrado de la Parroquia, la cera necesaria para el culto, o los sermones, o las luces de la imágenes, que suplían a partes iguales todas las Cofradías pagadas con las limosnas obligatorias de los Hermanos. Del resto de Hermandades se sabe que los primeros cargos fueron: Por la Hermandad de la Soledad, Hermano Mayor D. Pedro María de Frías García, y Mayordomos D. Francisco Rodríguez Díaz y D. Andrés Alonso Navarrete; por la de San Juan Hermano Mayor D. Félix Sanz Collado, y Mayordomos D. Francisco Carrillo Teruel y D. Lucas Fernández Pérez. Santo Sepulcro.-Hacia 1886 la Hermandad de Jesús incorporó el Santo Sepulcro a la procesión del Viernes Santo. Este singular acontecimiento y la aparición de nuevas Cofradías, dio lugar a que el 9 de Marzo de 1888 y bajo la presidencia de Dr. D. José González Ponce, Cura en comisión, los Hermanos Mayores D. Juan Roque Rubio del Pino, Hermandad de Jesús; D. Pedro Antonio Sánchez, Hermandad de la Soledad; D. Justo Navarrete Martínez, Hermandad de Santa María Magdalena; D. Juan Rafael Quiles Navarro, Hermandad de San Juan; y D. Manuel Pérez, Hermandad de Ntra. Sra. de la Angustias, acordaran el orden de las procesiones de Semana Santa según la cronología de los misterios de la Pasión de Cristo, quedando así: Procesión de la noche de Jueves Santo: En primer lugar saldría San Juan; le seguirían Santa María Magdalena, la Virgen de las Angustias, la Soledad y Jesús Nazareno. En la procesión del Viernes Santo por la mañana iniciaría el recorrido Jesús Nazareno, seguido de María Magdalena, San Juan, la Soledad y la Virgen de las Angustias. Finalmente en la noche de Viernes Santo abriría filas San Juan, para seguir con María Magdalena, la Virgen de las Angustias, Jesús en el Sepulcro y la Soledad. Años después la Hermandad de la Soledad cambió su salida a altas horas de la noche cercana la madrugada, para dar relevancia al hecho luctuoso de la muerte de Jesucristo. Entre los años 1895 y 1896 desaparecieron los Sacerdotes, D. José González Ponce y D. Juan Roque Rubio del Pino, que era Hermano Mayor desde 1858, pasando la Cofradía a estar dirigida por los Mayordomos Don Antonio Rodríguez Chacón y Don Justo Navarrete Martínez, hasta el año 1905, en que fue nombrado Mayordomo don Eliseo Rodríguez Pérez, quien ejerció las funciones de Hermano Mayor hasta 1933, en que asumió el cargo su viuda doña María Isabel Rodríguez Fernández y, tal como estipulaban las reglas de la Cofradía, la responsabilidad de su funcionamiento recayó sobre esta ilustre señora que con su tesón supo preservar el tradicional espíritu de la Hermandad participando en los actos eclesiales, y logrando conservar las imágenes y demás enseres disponibles, en los años más difíciles vividos desde su constitución. Así pues, todo cuanto era propiedad de la Hermandad estuvo bajo la custodia de doña María Isabel Rodríguez y la de doña Ginesa Alascio, hasta el día 12 de Marzo de 1944 en que ambas señoras presentaron a la Junta Directiva de devotos y cofrades, nombrada días antes, el último estado de cuentas, dando razón de la situación patrimonial y de las imágenes, tronos, estandartes etc. que habían logrado conservar. Con este acto se cerró esta época que había comenzado 82 años atrás.
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